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Mejoras en la insensibilización de bovinos con pistola neumática de proyectil retenido tras cambios de equipamiento y capacitación del personal (página 2)



Partes: 1, 2

FIGURA 1.

Corte sagital del cráneo del
bovino indicando el lugar del
disparo.

Sagital section of the head indicating
the shooting position.

FIGURA 2.

Vista frontal de la cabeza indicando el
lugar del disparo.

Frontal view of the head indicating the
shooting position.

Idealmente se debe disparar con la cabeza fija del
animal, apuntando en la correcta dirección (Finnie, 1997). En bovinos
adultos es esencial que el disparo penetre el cerebro. Cuando
el animal es noqueado con un proyectil con suficiente fuerza y
velocidad, la
destrucción del cerebro produce insensibilidad inmediata y
permanente. El corazón
seguirá latiendo, hasta que se debilite por la hemorragia
de la sangría (U.F.A.W., 1978). Al examen
macroscópico, en el sitio del impacto, el cráneo
presenta una fractura ovoide del hueso frontal, que corresponde
al tamaño de la cabeza del proyectil (Finnie,
1997).

En Chile, Gallo y Cartes (2000) encontraron que en los
tres principales mataderos de la X Región, en que se usaba
cajón de noqueo sin sistema para
inmovilizar la cabeza, sólo un 83.6% de los bovinos
caía al primer disparo. En cuanto a la presencia de
signos
indicadores de
sensibilidad, se encontró en un 82.5% de bovinos presencia
de respiración rítmica; en 19.8% de los
animales se
observaron intentos de incorporarse; en 30.7% hubo movimientos
oculares y en 20.4% reflejo corneal; en un 45% de los animales se
registraron vocalizaciones y un 31% mostró intentos de
levantar la cabeza al ser colgados en el riel de sangría.
Si se consideran las indicaciones de la Humane Slaughter
Association (H.S.A., 1998) y Gregory (1994), en el sentido de que
un animal bien noqueado con pistola de proyectil retenido debe
caer inmediatamente, cesar la respiración rítmica y
los ojos tener una expresión fija, vidriosa y sin reflejo
corneal, los resultados encontrados muestran que hay un serio
problema de eficacia en la
insensibilización de bovinos. Por otra parte, si se toma
como base la pauta señalada por Grandin (1998a), quien
indica que el mínimo aceptable de bovinos que debe caer al
primer tiro es de 95%, se deberían tomar acciones
inmediatas para lograr mejoras. Consecuentemente, el objetivo de
este estudio fue determinar el efecto de algunos cambios en el
equipamiento y de una capacitación de los operarios, sobre
algunos indicadores de eficacia de la insensibilización
con pistola neumática en bovinos.

MATERIAL Y METODOS

Este estudio se llevó a cabo en una planta
faenadora de carnes de la Décima Región, en la que
se realizaron observaciones en los bovinos de la faena habitual
durante una semana, cada vez, en tres ocasiones:

1. Valores referenciales. Trescientos
treinta y cinco bovinos fueron evaluados para obtener un diagnóstico antes de realizar cambios en el
equipamiento y capacitar al personal. Dichos
bovinos fueron insensibilizados en un cajón de noqueo
tradicional, de hormigón en su parte frontal y lateral,
así como también en el piso, el que presentaba un
montículo en su parte media, tenía una puerta de
ingreso (guillotina) y una de salida (volteo), de fierro, y sus
medidas eran: alto 1: 1.62m, alto 2: 1.80m, ancho: 0.88m, largo:
2.53m. La pistola de proyectil retenido utilizada era marca JARVIS
año 1999, funcionaba a una presión de
120 libras, con un compresor que era compartido con el resto de
equipamiento neumático de la planta.

2. Nuevo equipamiento: Un segundo
grupo de 500
bovinos fue evaluado luego de instalar un nuevo cajón de
noqueo con sistema neumático de puertas y de
fijación y elevación de la cabeza, el cual
presentaba las siguientes medidas: alto 1: 1.62m, alto 2: 1.85m,
ancho: 1.02m, largo: 2.44m, largo del fija cuello a la puerta de
salida: 1.81m, largo del fija cuello al inicio del levanta
cabeza: 0.63m, alto levanta cabeza elevado: 1.10m. La estructura del
cajón de noqueo es de fierro en su parte lateral y
frontal, así como también su puerta de entrada
(guillotina posterior) y de salida (guillotina lateral). El piso
es de cemento, con
una pequeña pendiente hacia la puerta de salida. Se
empleó una pistola de noqueo JARVIS, Modelo AN-10K,
año 2002, equipada con un proyectil de 15.25mm de
diámetro y un cilindro de 64.75 mm. La pistola trabaja
entre 150 y 175 libras de presión y el aire es
proporcionado por un compresor exclusivo para su
funcionamiento.

3. Capacitación de los
operarios: Un tercer grupo de 500 bovinos fue evaluado
luego de instalar el nuevo equipamiento y además dictar un
curso de capacitación a los operarios encargados del
área de noqueo y sangría de la planta. Se
tomó como base el curso que imparte la "Humane Slaughter
Association" de Inglaterra
(H.S.A., 1998) y básicamente consiste en darles a conocer
la importancia de un buen trato a los animales previo a la
matanza y el efecto que produce un noqueo inadecuado sobre el
bienestar animal y la calidad de la
carne. En la parte teórica (4 horas) se utilizó una
presentación en PowerPoint que
incluye videos demostrativos que indican los principales aspectos
a considerar para mejorar su trabajo,
específicamente cómo manejar correctamente a los
animales, la importancia del estrés en
la calidad de la carne, qué es el noqueo y cómo
funciona, qué se puede mejorar en el noqueo, la
importancia del lugar del disparo, cómo determinar si hay
presencia de signos de sensibilidad en el animal después
del disparo y qué se debe hacer en ese caso, aspectos del
uso y mantención de la pistola neumática de
proyectil retenido, la importancia del tiempo entre
disparo y sangría y los problemas de
calidad que pueden ocurrir si este tiempo es prolongado.
Además de lo anterior, se les mostró un cuadro
resumen con los resultados de los valores
referenciales y aquellos obtenidos con el nuevo equipamiento
instalado antes de la capacitación. Posteriormente, se
realizó una parte práctica viendo en terreno los
problemas y cómo solucionarlos (4 horas) y se
supervisó esporádicamente la actividad, durante 2
semanas, antes de realizar la evaluación
posterior a la capacitación.

En todas las ocasiones se utilizó,
básicamente, la metodología indicada por Grandin (1998a)
que consiste en determinar el porcentaje de animales que cae
insensibilizado al primer disparo (mínimo aceptable es
95%) y el porcentaje de animales posiblemente sensibles desde el
noqueo hasta la sangría (máximo de animales
sensibles aceptado es uno de 500). Además, se
agregó la medición del tiempo entre noqueo y
sangría, y de la distancia del orificio dejado por el
proyectil en las cabezas bovinas, respecto al blanco ideal. Por
consiguiente, cada animal fue evaluado en términos de las
siguientes observaciones:

1. Número de disparos requeridos para inducir
insensibilidad. Se contó el número de disparos que
el noqueador debió realizar en el hueso frontal, para que
el animal cayera en el cajón de noqueo.

2. Número de animales con signos indicadores de
sensibilidad. Luego de la caída del animal, en una pauta
de evaluación, se registró si había
presencia de los siguientes signos de sensibilidad:

2.1. Respiración rítmica: se
registró como presente al existir movimientos
rítmicos en el flanco de los animales o al poner la mano
en las fosas nasales y percibir la fuerza del aire espirado en
forma rítmica. Esta observación se realizó
después del disparo y hasta la sangría.

2.2. Reflejo corneal o movimiento
ocular: luego de efectuado el disparo se tocó con los
dedos la córnea, registrando en la pauta aquellos animales
que parpadeaban o que presentaban movimiento ocular.

2.3. Elevación de la cabeza y cuello u otro
intento de incorporarse: se evaluó en el cajón de
noqueo y hasta la sangría, registrando aquellos casos en
que el animal mostró intentos de levantar la cabeza o
cualquier otro movimiento que indicara un intento de
incorporación.

2.4. Vocalización: se consideró presente
en aquellos animales que luego del disparo efectivo emitieron
mugidos, ya sea en el cajón de noqueo, al ser elevados en
el riel de sangría o a la inserción del cuchillo
para la sangría.

3. Intervalo entre disparo efectivo y sangría. Se
cronometró el tiempo transcurrido entre el disparo
efectivo y el momento en que se insertó el cuchillo para
la sangría.

4. Inspección de las cabezas de bovino con
relación al número de orificios y su
ubicaciónrespecto al blanco. Se inspeccionaron postmortem
las 335 cabezas en el caso de los valores
referenciales y 100 al azar en cada una de las otras ocasiones;
colocando un blanco transparente (figura 3) sobre la frente, se
midió la distancia existente entre el orificio dejado por
el (los) impacto(s) del proyectil y el blanco ideal.

FIGURA 3.

Blanco transparente utilizado para
determinar la ubicación del impacto del proyectil
en las cabezas de bovino.

Transparent grid used to determine the
position of the bolt impact on the heads of
cattle.

Se usó estadística
descriptiva para mostrar los resultados obtenidos en cada
ocasión y se realizó un análisis estadístico de chi cuadrado
(Steel y Torrie, 1990) con una probabilidad de
5%, para determinar si había diferencias significativas
entre los valores referenciales y los obtenidos con el nuevo
equipamiento, así como entre este último y
después de la capacitación. Para esto se
utilizó el procedimiento
PROC FREQ del paquete estadístico SAS (SAS, 1993)
(Statistical Analysis System) .

RESULTADOS

El cuadro 1 muestra que hubo
un significativo (p<0.05) mejoramiento en el porcentaje de
bovinos que cayera al primer disparo, con la
implementación del cajón de noqueo con
fijación de cabeza, más la pistola de proyectil
retenido con compresor de aire exclusivo (Nuevo equipamiento),
comparado con el cajón de noqueo sin fijación de
cabeza y la pistola con compresor compartido (Valores
referenciales). Mediante la capacitación del personal se
logró un mejoramiento adicional también
significativo (p<0.05) de esta variable. 

CUADRO
1.

Número y porcentaje de bovinos
que cayeron al primer disparo con la pistola
neumática de proyectil
retenido.

Number and proportion of cattle that
collapsed with the first pneumatic stunner
shot.

Nº de

disparos

Valores
Referenciales

Nuevo
Equipamiento

Nuevo
Equipamiento

+
Capacitación

n= 335
(1)

n=500
(2)

n=500
(3)

%

%

%

1
2
3
4
5 o más

244
62
11
11
7

72.8
18.5
3.3
3.3
2.1

448
44
8
0
0

89.6
8.8
1.6
0
0

489
10
1
0
0

97.8
2
0.2
0
0

Total

335

100

500

100

500

100

(1) Cajón de noqueo sin fijación
de cabeza y pistola de proyectil retenido con compresor
de aire compartido.
(2) Cajón de noqueo con fijación de cabeza
y pistola de proyectil retenido con compresor de aire
exclusivo.
(3) Igual a (2) más capacitación del
personal.

El cuadro 2 muestra que el nuevo equipamiento hizo
disminuir significativamente (p<0.05) la presencia de todos
los signos de sensibilidad registrados en los bovinos, con
respecto a los valores referenciales. Los resultados, luego de la
capacitación, indican que un solo bovino de los 500,
presentó signos de respiración rítmica y
reflejo corneal (el mismo animal presentó ambos signos);
mientras que ninguno presentó otros signos de
sensibilidad. De los cambios ocurridos tras la
capacitación, solamente la presencia de respiración
rítmica y vocalización se redujeron
significativamente (p< 0.05).

CUADRO
2.

Número y porcentaje de bovinos
que presentaron signos de sensibilidad posterior al
disparo efectivo.

Number and proportion of cattle that
showed sensibility signs after the effective
shot.

Signos de

Sensibilidad

Valores
Referenciales

Nuevo
Equipamiento

Nuevo
Equipamiento

+
Capacitación

n= 335
(1)

n=500
(2)

n=500
(3)

%

%

%

Respiración
rítmica
 Reflejo corneal y/o
 palpebral
 Vocalización
 Incorporación
 Levanta cabeza
 Animales noqueados
 correctamente.

289

224
157
74
87

no se

86.3

66.9
46.9
22.1
26.0

registró

10
4
11
1
3

480

2.0
0.8
2.2
0.2
0.6

96.0

1
1
0
0
0

499

0.2
0.2
0
0
0

99.8

(1) Cajón de noqueo sin fijación
de cabeza y pistola de proyectil retenido con compresor
de aire compartido.
(2) Cajón de noqueo con fijación de cabeza
y pistola de proyectil retenido con compresor de aire
exclusivo.
(3) Igual a (2) más capacitación del
personal.

El cuadro 3 muestra que en los valores referenciales, el
intervalo de tiempo entre disparo efectivo y sangría
más frecuente fue entre 2.01 y 3 minutos (31%), lo cual es
similar (p>0.05) a lo obtenido con el nuevo equipamiento
(33.4%); también se aprecia que los intervalos mayores a 3
minutos fueron frecuentes en ambos casos. Luego de la
capacitación de los operarios, se observó un
cambio
significativo (p<0.05) en el intervalo de menos de 1 minuto
con respecto a antes de la capacitación; y
prácticamente el 100% de los animales fue desangrado antes
de los 2 minutos posterior a la
insensibilización.

CUADRO
3.

Distribución numérica y
porcentual de los bovinos observados según el
intervalo de tiempo (minutos) transcurrido entre disparo
efectivo y sangría.

Numerical and proportional distribution
of cattle scored according to the time interval (minutes)
between stunning and sticking.

Intervalo entre
disparo efectivo
y sangría
(minutos)

Valores
Referenciales

Nuevo Equipamiento

Nuevo Equipamiento
+ Capacitación

   n= 335
(1)

n=500
(2)       

n=500
(3)         

%

%

%

<a 1.00
1.01 a 2
2.01 a 3
3.01 a 4
4.01 a 5
> a 5

0
85
104
79
35
32

0
25.4
31.0
23.6
10.4
9.6

5
136
167
142
37
13

1
27.2
33.4
28.4
7.4
2.6

354
145
1
0
0
0

70.8
29.0
0.2
0
0
0

(1) Cajón de noqueo sin fijación
de cabeza y pistola de proyectil retenido con compresor
de aire compartido.
(2) Cajón de noqueo con fijación de cabeza
y pistola de proyectil retenido con compresor de aire
exclusivo.
(3) Igual a (2) más capacitación del
personal.

En el cuadro 4 se aprecia que en los valores
referenciales había una amplia distribución de los impactos del proyectil
en las cabezas de los bovinos faenados, hasta más de 8 cm
fuera del blanco, encontrándose sólo 34.7% de los
orificios dentro y hasta 2 cm del blanco. Con la
implementación del nuevo equipamiento se logró un
58.3% de los orificios hasta 2 cm del blanco (p<0.05). Al
sumarle la capacitación de los operarios al nuevo
equipamiento, el 86.2% de los impactos estuvo dentro de 2 cm del
blanco (p<0.05).

CUADRO
4.

Ubicación de los orificios de
proyectil encontrados en cabezas de bovino inspeccionadas
post mortem respecto al blanco ideal.

Distance of bolt holes found in the
heads of cattle in respect to the ideal shooting
position, as inspected after
slaughter
.

Distancia de los

orificios respecto
al blanco

Valores
Referenciales

Nuevo
Equipamiento

Nuevo
Equipamiento

+
Capacitación

n= 335
(1)

n=500
(2)

n=500
(3)

%

%

%

Dentro del blanco
      hasta 2 cm
      2.1 a 4 cm
      4.1 a 6 cm
      6.1 a 8 cm
   más de 8 cm

10
118
167
53
16
5

2.7
32
45.3
14.4
4.3
1.3

34
33
38
9
0
1

29.6
28.7
33
7.8
0
0.8

55
32
13
0
0
1

54.5
31.7
12.9
0
0
0.9

N° total de
orificios

369

100

115

100

101

100

(1) Cajón de noqueo sin fijación
de cabeza y pistola de proyectil retenido con compresor
de aire compartido.
(2) Cajón de noqueo con fijación de cabeza
y pistola de proyectil retenido con compresor de aire
exclusivo.
(3) Igual a (2) más capacitación del
personal.

 DISCUSIÓN

NÚMERO DE DISPAROS REQUERIDOS PARA INDUCIR
INSENSIBILIDAD. El requerimiento de cualquier método de
insensibilización es que debe ser instantáneo y
debe persistir hasta que el animal muera en la sangría
(Daly,1985). Los resultados de este estudio demuestran claramente
la conveniencia de implementar un cajón de noqueo que
asegura posición y fuerza correcta del disparo, a
través de un sistema de fijación de la cabeza y un
compresor de aire exclusivo para la pistola, respectivamente. El
logro de un 89.6% de animales que cae al primer tiro (cuadro 1)
muestra un evidente progreso en cuanto al bienestar animal,
comparado con los valores referenciales, en que sólo un
72.8% de los bovinos caía al primer disparo, y con el
65.6% encontrado por Gallo y Arcos (1995) y el 83% encontrado por
Gallo y Cartes (2000) en varias plantas de la
Décima Región. Sin embargo, utilizando la pauta de
Grandin (1998a, c) el resultado obtenido con el nuevo
equipamiento aún debe considerarse un "problema serio", ya
que no alcanza el 90%. En cambio, este porcentaje aumentó
a un 97.8% luego de la capacitación de los operarios,
pudiendo ubicarse, en definitiva, en la categoría de
"aceptable".

Los cajones de noqueo con restricción en algunos
países son obligatorios por ley (H.S.A.,
1998) y deben limitar el movimiento del animal hacia delante,
atrás y hacia los lados, además de impedir el
movimiento de la cabeza, para mejorar la precisión del
disparo. Los resultados de este estudio concuerdan con los de
varios otros investigadores (Ewbank y col., 1992; Grandin, 1993;
1994a; 1998b) quienes señalan que la eficiencia de
insensibilización se puede mejorar con creces mediante el
uso de un yugo para fijar la cabeza, pero debe diseñarse
de tal manera que el animal entre en forma voluntaria, que no
pueda voltearse dentro del cajón y que sea insensibilizado
inmediatamente después; el diseño
del cajón también debe permitir que la cabeza del
animal se libere inmediatamente después de ser noqueado.
En Chile a través de la ley de carnes y su reglamento de
estructura y funcionamiento de mataderos (Chile, 1994) no se
exige esto, y de acuerdo a estos resultados sería
importante incorporarlo para mejorar la eficacia de la
insensibilización y con ello el bienestar
animal.

Como se pudo apreciar en este estudio, el uso de un
sistema de sujeción mecánico de la cabeza
mejorará la exactitud del aturdimiento; sin embargo,
también debe considerarse que puede aumentar la
tensión del animal si está mal diseñado o se
usa inadecuadamente. Al respecto Ewbank y col. (1992) indican que
el animal debe aturdirse dentro de 5 segundos después de
sujetar la cabeza, esto ocurrió en muy escasas
oportunidades en la experiencia de la planta, ya que en general
se ingresaba el siguiente animal al cajón de noqueo
inmediatamente después que el animal anterior había
sido retirado de ese lugar para ser elevado en el riel de
sangría, permaneciendo a veces por varios minutos en el
cajón antes de ser noqueado. Para evitar el estrés
innecesario, ninguna persona
debería introducir un bovino en el cajón de noqueo
y/o fijar su cabeza antes que el noqueador se encuentre en
condiciones apropiadas para un disparo certero y que el sangrador
esté listo para sangrar el mismo animal con prontitud. El
arreo hacia el cajón de noqueo y la propia
insensibilización son eventos
estresantes para los bovinos (Tadich y col., 2002), por lo cual
es esencial capacitar al personal en el manejo de los animales
destinados al faenamiento, tal como lo indica el reglamento de
mataderos ( Chile, 1994).

El noqueador tiene un rol fundamental en la
insensibilización del animal y debe saber dónde
realizar el disparo, en qué posición y
dirección (H.S.A, 1998; Finnie, 1997). Esto era un
problema frecuente en lo observado por Gallo y Cartes (2000) y
antes de la capacitación, demostrando que el noqueador no
tenía claridad sobre la posición del disparo, aun
teniendo fija la cabeza del animal con la nueva
infraestructura.

Respecto al noqueador, Grandin (1988; 1998a, c) y la
H.S.A (1998) señalan también que un operador
fatigado puede causar fallas en el acierto al primer disparo y es
importante tener al menos dos operarios que estén
capacitados para realizar esta labor. Según Grandin
(2000a, b), en 1996, sólo el 30% de las plantas faenadoras
en Estados Unidos
lograba que el 95% de los animales cayera al primer disparo, en
cambio en 1999, el 90% de las plantas pudo obtener este
resultado, destacando que la mejora no sólo resulta por
cambios en infraestructura y capacitación, sino que
también tiene un rol importante la constante vigilancia
por parte de la gerencia de
las plantas faenadoras.

NÚMERO DE ANIMALES CON SIGNOS INDICADORES DE
SENSIBILIDAD. El primer propósito de la
insensibilización es inducir un estado
inmediato de insensibilidad, el cual persista el tiempo
suficiente para asegurar que el animal no se recupere y
así no experimente dolor o sufrimiento antes que muera por
la pérdida de sangre (H.S.A.,
1998). Anil y col. (1997) y Grandin (1998c) señalan que la
efectividad de un noqueo se puede determinar por una
evaluación subjetiva de insensibilidad y es por ello que
se determinó el número de animales que presentan
signos de sensibilidad.

Los valores de referencia en este estudio indicaban que
un elevado número de animales presentaba signos de
sensibilidad luego de ser noqueados y que el problema
mejoró significativamente con el nuevo equipamiento
(cuadro 2), aunque tampoco se logró alcanzar la
categoría de "aceptable", que según la pauta de
Grandin (1998c; 2000a) es de un animal con signos de conciencia de
cada 500 noqueados. Seguramente un elemento importante dentro del
nuevo equipamiento fue el compresor de aire exclusivo para la
pistola, que ayuda a que la presión de aire sea constante
y así la fuerza del impacto sea la adecuada. Una
suficiente presión de aire es esencial para un noqueo
eficaz, ya que de otra manera un disparo certero (dentro del
blanco) puede fallar por fuerza insuficiente. Las pistolas
neumáticas requieren mayor presión de aire que los
otros equipos comunes de una planta faenadora, tales como
cuchillos, sierras, cilindros para abrir y cerrar puertas y
elevadores de plataformas, por lo cual un compresor compartido
con estos equipos, como había en el caso inicial (valores
referenciales) resulta insuficiente para el buen funcionamiento
de la pistola. Las pistolas neumáticas deben funcionar con
un compresor exclusivo, tal como lo indican los proveedores
(Jarvis, 2002), de manera que tengan suficiente presión y
volumen de
aire. Al respecto, los autores han observado que en algunas
plantas se trata de obviar el compresor exclusivo con un tanque
acumulador; esto sólo funciona para los primeros animales
insensibilizados, pero luego la presión del aire
disminuye. Para causar la conmoción cerebral efectiva, se
requiere una velocidad del proyectil de 55 m/seg en novillos y 72
m/seg en toros (Daly y col., 1987).

Grandin (2002) señala que la causa más
común asociada a problemas de bienestar animal durante el
noqueo es la falta de mantención de la pistola de
proyectil retenido. Una pistola neumática es una
herramienta de precisión y debe ser revisada regularmente;
deben ser provistas de aire limpio, revisar los filtros, la
lubricación, así como drenar el agua del
tanque compresor. Blackmore y Delany (1988) y la H.S.A (1998)
mencionan que la falta de mantención regular de la pistola
puede reducir la fuerza del impacto hasta en un 50%. Las
instrucciones del fabricante (Jarvis, 2002) señalan que se
debe hacer una limpieza y lubricación diaria, sin embargo,
de acuerdo a la experiencia de los autores, esto no se realiza
rutinaria ni adecuadamente en las plantas faenadoras en
Chile.

Si bien la presencia de cada uno de los signos de
sensibilidad observados, por sí sola no puede ser
concluyente respecto a la existencia de sensibilidad en los
animales teóricamente insensibilizados (Blackmore y
Delany, 1988), la presencia de varios signos en altos porcentajes
en los valores referenciales (cuadro 2) refleja en general una
baja eficacia en el logro de inconciencia en los animales y el
proceso no
estaba cumpliendo con el objetivo primordial de evitar el
sufrimiento del ganado destinado a producir carne (Grandin,
1994a, b, 1998a, H.S.A., 1998). En todo caso el intento de
incorporarse o el levantar la cabeza en el riel de
sangría, son señales
claras de un proceso de insensibilización ineficaz y
estarían entre los signos más confiables de retorno
a la sensibilidad (Grandin, 1998a). Estos signos disminuyeron
significativamente su presentación al incorporar los
cambios en el equipamiento y dejaron de presentarse
después de la capacitación, por lo cual se concluye
que el proceso está haciéndose en forma eficaz. La
vocalización es un signo indicador de incomodidad o dolor
(Grandin, 1998b; 2000a; 2001), de manera que los bovinos rara vez
deberían mugir durante el arreo al cajón de noqueo
o cuando se encuentran en él y se considera como aceptable
hasta un 3% de vocalizaciones en estos manejos. Sin embargo, en
el presente estudio se consideró si se presentaba o no
vocalización después de la insensibilización
y hasta en la sangría, lo que Grandin (1998a) considera
"muy malo" si se presenta; la frecuencia de vocalización
disminuyó significativamente con el nuevo equipamiento y
desapareció después de la capacitación
(cuadro 2). Con ello se llegó a la categoría de
"aceptable".

INTERVALO DE TIEMPO ENTRE DISPARO EFECTIVO Y
SANGRÍA. La sangría debe realizarse lo más
pronto posible (antes de 1 minuto según la H.S.A, 1998)
para así evitar un posible retorno a la sensibilidad,
lograr la muerte
rápida del animal por pérdida de sangre y minimizar
la presencia de defectos en las canales, que son consecuencia del
aumento de la presión sanguínea como respuesta al
proceso de insensibilización. En los valores de referencia
(cuadro 3), llama la atención la ausencia total de intervalos
menores a 1 minuto entre noqueo y sangría y la gran
concentración en los intervalos entre 1.01 a 4 minutos,
representando un 80%. La situación no mejoró con el
nuevo equipamiento y ello se debe a que la principal causa de
sangrar los animales en tiempos superiores a 1 minuto, era el
desconocimiento de la importancia del tiempo entre noqueo y
sangría por parte de los operarios, y en consecuencia la
falta de coordinación entre ambos. Esta
situación se corrige fácilmente con la
capacitación y supervisión.

El cambio significativo observado después de la
capacitación (cuadro 3), en que el mayor porcentaje de
animales (70.8%) fue sangrado en menos de 1 minuto, se debe a que
durante la capacitación se hizo hincapié en la
coordinación que debe haber entre el noqueador y el
sangrador; además se le sugirió acercar el lugar de
sangría, situándolo justo en el lugar en que el
animal quedaba luego de ser elevado. Los resultados demuestran
que para esta variable fue más importante la
capacitación que la infraestructura para lograr un cambio.
Sin embargo, aún queda un 29.2% de bovinos que no son
sangrados suficientemente rápido, de acuerdo a las
recomendaciones de la H.S.A (1998), y para poder
disminuir este porcentaje habría que capacitar
regularmente y además mantener una supervisión
constante de los operarios por parte de la gerencia durante la
faena.

INSPECCION DE LAS CABEZAS DE BOVINO CON RELACION AL
NUMERO DE ORIFICIOS Y SU UBICACION RESPECTO AL BLANCO. En cuanto
a la ubicación de los orificios de disparo, la H.S.A
(1998) señala que éstos debieran estar idealmente
en un radio hasta 2 cm
del blanco ideal, ya que a mayor distancia se entraría en
un área crítica. Sin embargo, Grandin (2002)
señala que el noqueo con una pistola con
penetración de cráneo es efectivo incluso hasta 6
cm del blanco, ya que la efectividad del disparo va a depender
más de la dirección y fuerza con que se realice el
disparo que el lugar preciso de penetración. Los
resultados (cuadro 4) concuerdan con lo señalado por
Grandin (2002), ya que a pesar de encontrar todavía una
amplia distribución de los impactos con el nuevo
equipamiento (sólo 58.3% de los orificios se encontraron a
menos de 2 cm del blanco), un alto porcentaje de los bovinos
así noqueados quedó correctamente insensibilizado
de acuerdo a los signos de sensibilidad registrados (cuadro 2).
Después que los operarios fueron capacitados, el 86.2% de
los impactos estuvo dentro de 2 cm del blanco ideal, demostrando
que también había un déficit de conocimiento
por parte del noqueador con relación al lugar en que se
debe efectuar el disparo; la correcta posición del disparo
se relacionó con la presencia de un solo animal de los
500, con signos de sensibilidad. Al respecto, Gregory (1994)
señala que cuando un tiro se desvía a más de
2 cm de la posición ideal, hay una asociación
directa con un aturdimiento imperfecto. Asimismo, la H.S.A (1998)
ha demostrado en el ganado que si la penetración del
proyectil está fuera de 4-6 cm del blanco, la eficacia del
disparo sólo llega a 60%. Por ello la posición del
disparo es importante, y aunque no es vital que esté
dentro del blanco, mientras más se aleja de éste,
más posibilidades hay de que el animal manifieste signos
de recuperación.

Los resultados del presente estudio demuestran
claramente que la implementación de un cajón de
noqueo con fijación de cabeza, y una pistola con compresor
de aire exclusivo permiten mejorar la eficacia de la
insensibilización de los bovinos frente a un cajón
de noqueo sin fijación de cabeza y una pistola de
proyectil retenido con compresor de aire compartido, y que dicha
eficiencia es posible mejorarla, aún más, con la
capacitación del personal. Es importante tomar conciencia
de estos aspectos que adquieren mayor relevancia ante las
expectativas de exportar carne a Europa y Estados
Unidos, en donde el tema de bienestar animal y calidad ética de
los productos son
requisitos necesarios a nivel del consumidor.

AGRADECIMIENTOS

Los autores agradecen a todo el personal de la Planta
Procesadora de Carnes del Sur S.A. por su colaboración
para llevar a cabo este trabajo, en especial los Drs.
Héctor Mimica, Jorge Gasic e Ivan Castro.

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TEUBER1, M.V.; M. CARTES1, M.V.;H.
URIBE2, M.V., Ph.D.; T. GRANDIN3, B.A.,
M.Sc., Ph.D.
1Instituto de Ciencia y
Tecnología de Carnes, Facultad de Ciencias
Veterinarias, Universidad
Austral de Chile, Casilla 567, Valdivia, Chile.
2Instituto de Zootecnia, Facultad de Ciencias
Veterinarias, Universidad Austral de Chile.
3Department of Animal Science, Colorado State
University, U.S.A.

Partes: 1, 2
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